Estas piezas están
hechas al torno y a mano. Cuando estaban casi secas, las bruñí con
una de mis
piedras preferidas. Entonces grabé diseños inspirados en los
nativos americanos.
Trabajando con mi vieja amiga y primera profesora de cerámica en
España, Teresa Marta
Batalla, las pusimos en un recipiente de
metal lleno de madera. Añadimos óxidos y sales. Cuando paró el
viento, lo
encendimos y lo dejamos quemar. La cocción duró unas 10 horas.
En esta
foto acababan
de salir del "horno". Una vez las haya limpiado y añadido una
capa de
cera, los colores se verán aun mejor.