Hace poco asistí al Festival de Kundalini Yoga en Francia por noveno año consecutivo. Esta reunión internacional se celebra en el campo, a 50 km al suroeste de París. Fue una bendición estar en la tierra los ocho días del festival.
Allí profundicé en mis estudios de Sat Nam Rasayan con Guru Dev Singh, toqué percusión con Sada Sat Kaur (aquí puedes ver un vídeo corto), vendí toda la cerámica que había llevado en el bazar, me reencontré con viejos amigos e hice nuevos amigos de todo el mundo.
Este año asistieron unas 2500 personas —más que nunca. La mayoría se alojaron en tiendas. Como el camping no es lo mío, normalmente hago una reserva por adelantado, me alojo en una pequeña habitación en el dormitorio y uso los baños comunales. Pero este año no me inscribí a tiempo; dormí las tres primeras noches en una cama en una habitación con otras 49 mujeres. Como estaba la primera en la lista de espera para una habitación más pequeña, terminé en el Chateau, donde se alojan las personas importantes. Di las gracias por cómo terminó todo al final. Compartí una habitación con baño privado con otras tres mujeres. Una de Brasil, una de Suiza y otra de Nuevo México.
Desde donde vivo al festival hay que hacer un viaje de diez a doce horas. El viaje se me hizo corto gracias a la buena compañía. El campo francés es precioso y las carreteras son mucho mejor que las españolas. Aquí puedes ver una foto que tomé dónde paramos para hacer un picnic en el camino de vuelta a casa.
